Plataformas y sillas salvaescaleras: usos prácticos

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Hay muchas maneras de entender la accesibilidad en función del tipo de discapacidad del que estemos hablando. Por ejemplo, las personas con dificultades auditivas parciales o completas necesitan, de cara a una completa y útil comunicación con el resto de la gente, no solo el lenguaje de signos, sino recursos como la cartelería visual en espacios públicos o privados, y los subtítulos en cualquier tipo de producto audiovisual. En cuanto a las personas ciegas, los audiolibros, y en general las indicaciones sonoras en ascensores y otros lugares, son imprescindibles. Siguiendo justamente con los ascensores, les encontramos otra utilidad: el desplazamiento entre pisos o plantas para personas con movilidad reducida, para lo cual es siempre importante que las dimensiones interiores sean lo bastante amplias como para permitir el uso de las sillas de ruedas.

Pero, en lo que respecta justamente a este último tipo de discapacidad, la movilidad y sus limitaciones temporales o permanentes, hay otro recurso que no podemos dejar de mencionar: las sillas salvaescaleras. Es cierto que, en entornos de uso común y multitudinario, como los edificios administrativos, las bibliotecas o los supermercados, las rampas y los ascensores siguen siendo más importantes, pues se trata de ayudas de accesibilidad masivas que son útiles para muchas decenas de personas. Pero las salvaescaleras tienen su uso particularmente fundamental en el ámbito doméstico y privado; esto es, en casas de dos o más plantas,  y por supuesto en los edificios de viviendas. Se deben instalar, pues, justo al lado de las escaleras, y siempre considerando el tipo de estructura de las mismas para escoger, en la medida de lo posible, el mejor tipo de silla posible.

Porque, de hecho, esa es otra gran ventaja de las salvaescaleras en Madrid y en cualquier otro entorno urbano particularmente desarrollado. Podemos optar, de hecho, por sillas específicamente diseñadas para escalones rectos y curvos, pero también por plataformas elevadoras que permiten situar la silla de ruedas en su totalidad, siendo este último ejemplo ideal en escaleras muy anchas. Lo importante, es decir, la moraleja de esta explicación, es que los recursos de movilidad son, por suerte para quien los necesite, variados.

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