Los salvaescaleras no son un lujo o una herramienta adicional para mejorar la calidad de vida de una persona. Se trata de un mecanismo que sirve para dar bienestar, autonomía y seguridad, a personas que tienen limitaciones permanentes o temporales para desplazarse por cuenta propia.
¿Pero qué beneficios traen consigo los salvaescaleras exactamente?
Autonomía
Tener limitaciones de movilidad es agobiante porque se pierde la capacidad para ir de un lado a otro con libertad. En el peor de los casos, es imposible hacerlo sin alguien más, aunque es cierto que suele haber alternativas para la mayoría de estos casos.
Los salvaescaleras facilitan la labor de moverse entre niveles, lo que permite más independencia en la medida de lo posible. Incluso es un incentivo para que la persona realizar sus actividades diarias con relativa normalidad.
Una mejor calidad de vida
Tener dificultades notorias merma el bienestar. Hay que hacer cambios difíciles de asumir y que muchas veces no se pueden revertir. En este sentido, existen estos mecanismos para que las personas afectadas puedan seguir su rutina de forma segura, lo que reduce el estrés.
El componente mental es uno de los que se ven más afectados a mejor por la instalación de salvaescaleras.
Menor riesgo de caída
Tener ciertas limitaciones en el movimiento ocasiona que sea difícil utilizar las escaleras, hasta tal punto que puede convertirse en un riesgo. Los salvaescaleras se deberían aprovechar, no solo por comodidad, sino también para evitar lesiones que pueden llegar a ser muy peligrosas.
Por otro lado, las sillas salvaescaleras son una medida para trasladar también objetos pequeños con seguridad, siempre que no superen el límite de peso indicado por la marca y que no impidan que la persona se siente de forma adecuada.
Apoya a los familiares
A pesar de que la persona con problemas de movilidad es la más afectada, lo cierto es que esto condiciona el resto de su entorno. Es normal que los demás habitantes de la casa deban dedicarle un poco más de atención de lo usual, lo que implica una carga de responsabilidad mayor.
Implementar mecanismos ayuda a que esa persona gane independencia, lo que se traduce también en un pequeño respiro para los familiares. Si bien no sustituye la atención requerida, es una ayuda adicional que distribuye mejor esa carga adicional.
En el mejor de los casos, incluso es beneficioso para el resto de la familia, porque podrían utilizar el salvaescaleras las mujeres embarazadas y otras personas mayores.
