La videovigilancia y sus opciones de seguridad

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Son muchos los edificios que necesitan ser vigilados constantemente, la veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días del año, para evitar situaciones tan incómodos como robos, allanamientos o, peor aún, situaciones en las que de alguna manera la vida de las personas, sean trabajadores de un local, sean inquilinos en un edificio de viviendas cualquiera, corra peligro. Esa vigilancia adquiere muchas formas y las más básicas se relacionan con alarmas de seguridad conectadas con la policía o, en el caso de las viviendas, cerraduras reforzadas o incluso rejas instaladas en las ventanas. Pero a veces no basta con ello y, sobre todo, hace falta un mecanismo disuasorio que además garantice investigaciones policiales posteriores. Solo hay una solución que cubra estas dos necesidades al mismo tiempo: la instalación de cámaras de seguridad.

Hablamos, pues, específicamente de la videovigilancia de espacios públicos o privados. Si decimos que instalar cámaras es disuasorio, es porque, en primer lugar, suelen ser bien visibles por cualquier persona que esté ya planeando hacer algo ilegal, como colarse donde no debe; y, si no es la cámara lo que distingue, con toda seguridad sí que vendrá el cartel de aviso de zona videovigilada, obligatorio por ley. En última instancia, no importa si en el edificio o en el área en cuestión hay colocada una sola cámara o varias, o si se trata de las tradicionales cámaras de vigilancia analógicas o de otros modelos más modernos, por ejemplo los digitales o de funcionamiento en red. Lo que importa es que, tal y como reza ese cartel, la zona está, efectivamente, videovigilada, y el aparato eléctrico que nos ocupa registrará cualquier incidencia o acto penado por ley.

El modelo de cámara, como se ha dicho, importa poco, en el sentido de que todas las cámaras disponibles en el mercado de la seguridad cumplen con su función esencial: vigilar y proteger. Por lo tanto, a la hora de escoger una, entran en juego las circunstancias personales y las prioridades. En un centro comercial, donde hay que vigilar muchas áreas, sirven las cámaras CCTV, por ejemplo. En definitiva, debemos estudiar nuestras opciones.

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